Huyen 9 familias de la calle Palma Gorda, en colonia de Saltillo, en 24 horas

Miedo y amenazas tienen secuestrada la colonia La Palma. En menos de 24 horas, nueve familias abandonaron sus casas, cargaron con lo que pudieron y huyeron del lugar; los pocos vecinos que quedan hablan en voz baja, miran con desconfianza y rezan porque la sentencia de “Los Gavilanes” no se haga realidad.

La calle Palma Gorda luce desolada, fue en su intersección con Cola de Pescado que la pandilla de Universidad del Pueblo –“Los Gavilanes Tetillas”– desataron su furia por la muerte de “Roly” –Jesús Rolando Espinosa– caído por la balas que utilizó un vecino en defensa durante un ataque; la respuesta fueron dos incendios contra la casa de quien disparó.

“Toda la gente se fue, están sacando sus cosas. Dicen que van hacer un desmadre en la noche, desde en la mañana se corrió la voz, la de la panadería, la tienda, ya se fueron… Nosotros también nos vamos, yo arranco y me voy”, dijo en voz baja una de las vecinas a unos 100 metros de la casa incendiada.

Desde el lunes por la madrugada, vecinos no pudieron dormir: represalias de “Los Gavilanes” los tuvieron en vela. De cinco años a la fecha, ningún hecho había sido similar. Así lo aseguraron las madres de familia que optaron por llevarse a sus hijos.

“Hay mucha madre soltera, casadas con hijos, yo soy soltera con dos hijos… mejor me mudo de casa como hicieron todas porque esto no va acabar aquí”, siguió otra de las vecinas.

Como nunca –según los testigos que quedan–, las 30 cuadras de La Palma son vigiladas por la Policía, incluso por el Grupo de Reacción Operativa Metropolitana (GROM), aunque los ojos están más enfocados en calle Palma Gorda.

Las pocas mujeres que hablan mueren del ansia por hablar, pero callan por miedo, durante la visita de VANGUARDIA al lugar en dos ocasiones el silencio llegó a la conversación como parte de saberse vigiladas por habitantes de colonias abajo. Según testimonio de las vecinas, la amenaza de “los Gavilanes” fue que la persona que estuviera en la calle sufriría las consecuencias.

VIGILAN LAS 24 HORAS
Integrantes del GROM aseguraron a VANGUARDIA siempre rondar el rumbo, incluso durante las 24 horas; debido a que a veces pasan a bordo de una sola patrulla su presencia no es notoria para vecinos, informaron.

“Aquí vamos andar todo el tiempo, aquí va estar el operativo”, dijo el policía con el rostro cubierto a bordo de la patrulla mientras entre reclamos, vecinas les pedían regresar en la noche, vigilar cuando no hay luz. El operativo conformado por dos patrullas GROM y una unidad Municipal permaneció en el lugar sin interactuar con vecinos.

TOQUE DE QUEDA
Los vecinos que consiguieron a dónde mudarse huyeron, se llevaron sus cosas por temor a que éstas fueran quemadas. Los que no encontraron a dónde llegar esperan, fue así como sólo dos casas de la calle quedaron con familias.

“Ya no hay confianza, es la primera vez que nos pasa algo así. ¿Nos van a estar apoyando? Todos se fueron, pero aquí estamos nomás ella y yo”, confesó otra de las vecinas a pocos metros del la casa incendiada, la misma que permanece con la puerta abierta y cenizas en su interior.

EL DATO
A 500 metros, el último fin de semana de febrero dos niños fueron víctimas de dos bombas molotov, producto de “Los Gavilanes”.