Hablemos de Dios 40
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La Biblia es un gran libro. Bueno, varios libros. Si usted la toma como literatura, poesía, narrativa, novela, folclore, sociología, política, rasgos costumbristas; información pues, es abundante. Si usted no es creyente como mi vecino de columna, el científico Marcos Durán, usted puede leer la Biblia en muchas y entretenidas claves: la clave literaria, la clave sociológica, la clave moral, la clave de folclore manifiesto. La Biblia es inagotable. Siempre ofrece cosas nuevas en cada lectura. E insisto, no es necesario que usted le crea como hombre y mujer de fe ciega.
Por cierto, y nada más como digresión con mi vecino de plana, el agnóstico Durán, hace poco, y de viaje en la Ciudad de México, me receté la película de la vida de Stephen Hawking, ese ser de mente privilegiada que está atado a una silla de ruedas, pero su sentido vaga por el insondable cosmos. Cuando voy a la Ciudad de México, me hospedo días en Hotel (por la zona donde tengo compromisos de trabajo, la capital es tan grande que uno no alcanza en ocasiones a llegar por los lentos traslados) y días en la residencia del narrador Armando Oviedo Romero y su familia. Aquí vi la película, la cinta que es una hagiografía. La vida de un santo. Le queman tanto incienso como en cualquier biografía de Santa Teresa o San Francisco de Asís. Oviedo Romero tiene en su biblioteca dos o tres libros del científico Hawking. Leí páginas de uno u otro (el más famoso es “Breve Historia del Tiempo”).
Como mi intelecto es limitado, pues sí, estoy de acuerdo con muchas cosas que allí leí (eso de los agujeros negros, por ejemplo. La mayor muestra de un agujero negro está en mis bolsillos, así interpreto yo dicha metáfora y enseñanza), pero para el caso práctico de mi ya corta existencia en este mundo terreno, pues es intrascendente. Si llega un cometa, como se dice llegó uno hace miles de años, y se impacta con la tierra y acaba con la vida, como acabó con los dinosaurios en su momento, pues es cosa que ya ni me interesa. ¿Llegará un nuevo cometa para acabar con todos? La ciencia, como la religión, acaba cuando uno muere, así de sencillo.
¿Soy reduccionista? Tal vez. ¿Soy aguafiestas? Mucho. ¿No tengo esperanza en nada? No. Pero caray, cómo me he entretenido en esta vida, es una vida buena y entretenida para vivirla. Y si la vivimos, uno tiene aficiones, gustos, vicios, querencias, afinidades, manías, cosas favoritas, devociones, afiches, búsqueda de cosas particulares… como mi pasión por coleccionar animales fantásticos. Una búsqueda incesante de una zoología imaginaria. Lo que los científicos como mi vecino Durán identifican como criptozoología.
Esquina-bajan
Lo que el poeta Jorge Luis Borges tituló uno de los libros más impresionantes que he leído: “Manual de Zoología Fantástica”. Colecciono este tipo de libros, de bellos libros que cuestan una fortuna por ser inconseguibles. Y da la casualidad que un surtidor inagotable de seres prodigiosos, animales fantásticos, imaginarios y únicos, se da… en la Biblia. Usted puede leer la Biblia, la palabra de Dios, en clave zoológica. Es deslumbrante en este sentido. Entretenida a más no poder.
Alguna vez platiqué harto de ello con el joven y avispado reportero Sergio Alvizo y con el matemático Miguel Ángel Wheelock. ¿Debemos tomar como simbología y metáfora que una serpiente o un asno hablen? Ojo, no es cualquier cosa, es la voz de Dios que se manifiesta o indica algo. Si no debemos tomarlo literalmente y sólo simbólicamente, ¿entonces también debemos tomarnos simbólicamente al mismo Dios? Es decir, es una alucinación. No existe. ¿O debemos de creer que sí, el asno (Números 22: 21-40) y la serpiente (Génesis 3) hablaron? Cosa no menor, lector, puf.
Hay animales espectaculares en la Biblia, los cuales han sido recreados plásticamente por artistas anónimos o de linaje escogido en la historia de la humanidad. Uno de ellos es el unicornio. Al menos ésa es la traducción y nombre de dicha bestia que aparece en Job y Números. En la versión de la Biblia Reina Valera de 1909 se lee en Números 23:22: “Dios los ha sacado de Egipto, tiene fuerzas como de unicornio…”, en inglés se lee: “God brougth them out of Egypt; he hath as it were the strength of an unicorn…” Caray, ya me acabé el espacio y no he nombrado dragones, al Leviatán, a los mismísimos demonios, el gran pez de Jonás donde moró un tiempo…
Letras minúsculas
Hay una “Virgen del Unicornio” en un manuscrito del siglo XVI. Bello de a madre.
Hay animales espectaculares en la Biblia que han sido recreados plásticamente por artistas. Uno de ellos es el unicornio.