Se puede decir... Que fueron las mismas gatas pero “revolcadas”

Pero no se puede decir... Que fue más de lo “mismo”. La que se considera ya la mera, mera, cerró lo más que pudo su boca, y de propuestas: anda vete, siguió trepada en su macho, al seguir loando a su jefe y mentor, y alabando a lo máximo lo que ha hecho y desecho en casi seis años de Gobierno, que a leguas se notó, que fue la línea que le fijó; y respecto a doña Xóchitl, al principio estuvo algo nerviosa, pero después se le medio soltó la lengua, en contra de la corcholata que la juzgó y trataba de evadirla, y quierase o no, sí logró se pusiera más “tensa” de lo que estaba.