Se daba a todos los diablos, maldecía, y hasta quería llorar. Pero llegó el hijo del compadre Erasto y nos contó que a su papá se le habían muerto tres caballos finos, dos mulas y seis vacas
Dicen que el desierto es desértico. Lo es para el que no sabe ver. Las flores de las plantas que en el desierto crecen tienen colores más intensos y bellos que las flores de jardín
En tiempo de nuestros padres era cosa común que el hombre que disponía de los medios necesarios tuviera dos casas, la grande y la chica, y por tanto dos mujeres y dos familias. Eso a nadie escandalizaba