En la Ciudad de México se confluyen aromas que igual toman prestado de Oaxaca, como de Veracruz: si se encuentra uno en el bosque de Chapultepec o pasamos por Coyoacán en días de mayo, hemos de acercarnos a los aromas de uno y otro gracias a la fresca brisa del Lago y a las cercanías de la Fuente de los Coyotes, en Coyoacán.